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Crítica del concierto de Zaragoza en El Periódico de Aragón

Los Secretos, sin muchos secretos

JAVIER LOSILLA (03/05/2006)

ARTISTA Los Secretos

LOCAL Teatro Principal

FECHA lunes, 1 de mayo

ASISTENCIA aforo completo

Una y mil veces. Ese es el título del nuevo y reciente disco de Los Secretos, pero también la frase que resume la actitud que los seguidores del grupo mostraron el lunes por la noche en el Teatro Principal: una y mil veces que toquéis en Zaragoza, aquí estaremos, una y mil veces queremos escuchar canciones como Sobre un vidrio Mojado (con ella, abordándola a capella se despidieron Álvaro Urquijo y compañía), Por el bulevar de los sueños rotos; Pero a tu lado; Déjame; Ojos de gata; Colgado; Bailando en el desván; Agárrate a mí, María; No digas que no, Y no amanece...

Los Secretos tienen en Zaragoza un público fiel y entregado que el lunes llenó el teatro y aplaudió sin reservas durante dos horas de concierto. Con tan largo programa el grupo correspondía al entusiasmo de sus fans, viejos y nuevos fieles que no querían que la actuación terminase.

Pero, todo tiene su final, como cantaba el salsero, y al salir del teatro teníamos, los menos convencidos, un regusto extraño: el que deja un grupo que ejecuta con mucha profesionalidad un puñado de canciones bien construidas, pero cuyo registro fluctúa poco a lo largo del concierto.

Los Secretos, se sabe, no es una banda de rocanrol salvaje a la que pedirle energía a raudales. Y no se le pide. Urquijo y sus colegas se mueven bien en los códigos de un pop--rock sólido, que en ocasiones se tiñe de tonalidades de country y de acentos fronterizos. Y dentro de esas coordenadas sí que se le debe de exigir al grupo algo más que interpretaciones correctas.

Cierto es que ocasiones hubo a lo largo de la actuación en la que la formación rompió esa dinámica de velocidad constante, y mostró otras visiones del paisaje sonoro; pero, en general, su apuesta en el Principal resultó algo tautológica.

Y más: entre los continuos agradecimientos al público por sus aplausos, la necesaria afinación de las cuerdas de las guitarras, las presentaciones de las canciones, y algunas gracietas de relleno, el ritmo interno del concierto se resintió. No pide uno que se sea tan parco como Dylan, pero tanta cháchara carga un poco.

Anotemos que, junto a las canciones ya mencionadas y otras ya conocidas, el grupo ofreció varias piezas de Una y mil veces, el álbum que venía a presentar: la que le da título, Nada para ti, Nos vemos en abril, Sólo para mí, Háblame, Nos quisimos sin querer...

Nada que objetar a un repertorio equilibrado y generoso. Su realización, ya digo, fue otra cosa. Nada, por otra parte, que perturbase la pasión del auditorio.

http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=247527

 

1 comentario

Eli -

Genial el blog en general y la critica en particular! jejeje muchas gracias por hacer este super blog!